Las enfermedades y las emociones infantiles

Las enfermedades sobre todo en los niños, cambian radicalmente a la familia. En este artículo comparto algunos consejos para manejar las enfermedades y las emociones infantiles.

Es completamente normal que se presenten ciertas emociones tanto en los niños como en los padres y hermanos. Es importante entender y aceptar estas emociones derivadas de las enfermedades, ya que así podremos hacer una mejor gestión de las mismas. Estas emociones pueden ser:

• Miedo
• Ira
• Soledad
• Depresión
• Ansiedad

Igualmente, las actitudes y tratamiento que tengamos hacia nuestros pequeños será lo que ayude a obtener buenos resultados en el proceso que están siguiendo, como mejorar la calidad de vida de toda la familia y hacer que estas emociones infantiles sean menos intensas.

Consejos para manejar las enfermedades y las emociones infantiles

A continuación doy algunos pequeños tips que pueden ayudar a manejar esas emociones infantiles que generan las enfermedades.

Sinceridad

Los padres deben hablar con la verdad, las mentiras no ayudan y los niños intuyen que algo malo pasa. Indaguemos, informémonos con los médicos tratantes todo lo que podamos acerca de la enfermedad y las cosas que se puede y no se pueden hacer. Llamar a la enfermedad por su nombre y no disfrazar los diagnósticos.

Confianza

Ser lo mas claros y directos de acuerdo a la edad y sensibilidad de los niños para fomentar su confianza. En caso de no saber algo con certeza, tener la valentía de decirlo será mucho mejor y ellos lo entenderán.

Explicarles los procesos y decirles qué es lo que va a pasar. Por ejemplo decir “no te preocupes no dolerá” o “solo serán unos minutos” hará que el niño pierda confianza y se sienta engañado.

Evitar hablar en voz baja o salir de la habitación para hablar sobre la enfermedad no es recomendable. El niño sabrá que están tratando sobre algo que le involucra y que es excluido de la conversación. Especialmente cuando ya no es tan pequeño y desea participar en el proceso y tomar decisiones.

Mantenerlos activos

Dentro de lo posible, programar actividades para hacer participar a los niños en juegos, deportes, paseos y procurar acercarlos a sus amistades y compañeros.

Calor de hogar y familia

Darle muestras de nuestro cariño permanentemente sin que sienta que es por su enfermedad. Los lazos familiares son importantes para apoyar en la recuperación.

Independencia

Respetar sus gustos, preferencias y dejar que haga las cosas que le provoquen hacer y no pongan en riesgo su integridad. Que pueda llevar una vida “normal” como antes de la enfermedad.

Relación con los hermanos sanos

A menos que existan razones de índole médica relacionados con el tratamiento, en lo posible todos los hermanos deben recibir el mismo trato y deben poder hablar de la enfermedad libremente. Es importante dejarlos que compartan sus miedos, sus dudas, sus penas y su preocupación por como llevan la enfermedad los padres.

Colegio

Aquí vamos a diferenciar los niños que se les permite asistir a clases y los que se quedarán en casa:

• Para los niños que asisten a clases es primordial tener una comunicación estrecha y abierta con sus maestros y con los compañeros. Tratar de flexibilizar la exigencia ya que los tratamientos pueden afectar la concentración y la memoria. Lo importante es la socialización y que los niños estén incluidos en el grupo.
• Para los que se quedan en casa establecer límites flexibles y razonables en cuanto a juegos digitales, internet y televisión. Tratar de incentivar su socialización y que practiquen algún hobby o deporte. Algunas ideas a considerar son la lectura, el arte, hacer excursiones o visitas a museos.

Disciplina

Evitar la sobreprotección, involucrarlo al niño en pequeñas tareas y trabajos que pueda realizar.

Resumiendo

Es importante tener claro que solamente formando un bloque solido con el médico y los padres se podrán sortear las dificultades y sobrellevar mucho mejor la enfermedad y/o superarla.